sábado, 6 de diciembre de 2008

Carta a Soledad

Córdoba, 8 de Julio de 1.997
Querida Soledad:
Disculpa por no haberte escrito antes, pero cómo habría podido desde el agujero donde me encuentro; todo es oscuro aquí, no se si brilla el sol, ni siquiera puedo advertir si llueve torrencialmente. Por la tristeza de mi corazón intuyo que es primavera. ¿Cómo puedo estar triste en primavera, cuando todo se esfuerza por vivir, hasta la tierra abre sus entrañas para dar su fruto pero aquí.... es esto vivir?
Dos palanganas con agua, una para el aseo y otra para todo lo contrario me hacen recordar continuamente lo miserable que puede ser la vida o quizás la vida no tiene nada que ver con las depravaciones del ser humano. Puedo asegurarte que en estos casos la muerte es una esperanza que se desea tanto o más que la llegada de un hijo.
¿Sabes? Hoy he tenido un sueño maravilloso; un guardia civil que repetía continuamente que era mi amigo había venido a rescatarme. Yo al principio no me creí nada y el pánico se apoderó de mí. Aunque mi cuerpo temblaba como una hoja y tendido en posición fetal repetía valientemente una y otra vez: “ acaben de una vez, no me importa morir”. No podía creer que ese uniforme verde como mi esperanza no fuese un camuflaje de mis secuestradores. Me dejé llevar por la amabilidad y la cortesía de este señor, llevaba demasiado tiempo sin gozar de este trato...
Aunque mi cuerpo no obedecía a mis deseos de andar deprisa, seguí como pude a mi salvador. Estaba ilusionado por ver el sol, pero el cielo me obsequió con un manto de estrellas maravilloso y una luna más hermosa que nunca. ¿Sabes, Soledad? A partir de ahora creo que nuestras relaciones comenzarán a distanciarse cada vez más. Me resulta muy difícil seguir contigo teniendo tantos amigos. Te contaré un detalle curioso:
El primer día de mi libertad vi por televisión cómo centenares de lazos azules eran descolgados de diferentes sitios y lugares; todos ellos estaban rodeados de un grupo de gente que observaban emocionados el evento.
Un suspiro de alivio y satisfacción se escapaba de sus bocas y yo lo sentía en mi cuerpo como un soplo de vida gigante y milagroso. Fue como si cada ciudadano me ofreciera su aliento en un boca a boca apostando por mi vida.
¿De verdad crees, Soledad, que no te faltarán mis cartas? Yo sólo te pido que trates de olvidarme cuanto antes con el fin de no hacernos daño mutuamente. Tengo muchos amigos y ahora han empezado a visitarme los sueños jamás pensé que volvería a soñar. ¿Todavía sigues creyendo que lo nuestro tiene sentido? Yo en cambio pienso que tal vez en Navidad, cuando todos los recuerdos se empeñan en ocupar nuestra memoria hasta conseguir ponernos tristes, puede que te envíe una postal con dos palabras: PAZ Y ALEGRÍA. Éste ha sido mi primer pensamiento desde que volví a ver brillar el sol de nuevo. Y repetirme una y mil veces: ”no es un sueño”.
Soledad, hoy noto el corazón encogido de dolor. No sé. Parece como si fuese a romper a llorar de un momento a otro pero... Gritaría tan fuerte que me da miedo. ¿Se resquebrajaría algo si lo hiciera?. Quizás solo conseguiría romperme un poco más por dentro como tantas veces. Es una sensación extraña y anómala . Como podría explicarte que a veces siento el corazón encogido y henchido a la vez. Me estoy refiriendo al fatal desenlace que tuvo lugar la muerte de Miguel Ángel. Yo no podía estar en cuerpo y alma como tantos españoles apoyando a la familia o quizás solo nos estemos apoyando el uno en el otro en las manifestaciones unidos todos en un “BASTA YA”. Mis paseos todavía son cortos porque estoy débil pero mi mente se unía a través de la tele a todos los manifestantes y caprichosamente me mezclaba con los vascos, andaluces, gallegos, maños, catalanes, madrileños etc. etc.
¿Puedes entender que el corazón lo notara encogido y henchido a la vez?. Por un lado me abordaba la idea de la tragedia incluso llegué a sentirla en mi carne hasta hacerme llorar como un chiquillo mucho antes que todo esto ocurriera. Pero toda la tristeza se desvanecía como por encanto al comprobar como esta España nuestra se convierte en una piña de solidaridad , de esperanza, de humanidad. Dispuesta a cambiarlo todo y es cuando sin darme apenas cuenta. los ojos se elevan al cielo y nos sale de lo más profundo del alma un “ ¡Gracias Dios mío! ” porque la paz esta cerca.
Un abrazo, mi querida amiga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sole...

sole disculpa que no te aya escrito antes la verdad tus cansiones son magica aii algunas mas lindas que las otras mis cansiones preferidas son voy por el tren del cielo y donde vallas me re gustan tus cansiones saves que podes contar conmigo siempre yo me llamo jorgelina tengo 9años y con esta edad llevo el folclore en mi corazon me gustari que algun dia pueda cantar con vos voy por el tre del cielo y ojala que leas la carta sos re lijnda y re buena por favor lee mi carta a no me tengo que olvidar que tambien me gusta todpos junto ...y mi sobrino le rev gusta el tren del cielo te amodoooo yo jorgelina